La violencia que sufre actualmente la población mexicana se traduce en un problema de seguridad pública, tanto por la dimensión que ha adquirido la muerte por dichas causas, como por los efectos materiales y emocionales que ocasiona, y cuyo origen se encuentra en factores históricos, demográficos, psicológicos, económicos, biológicos, sociales, entre otros.
Lo anterior lleva a considerar que el estudio y análisis de esta manifestación social debe profundizarse y ser una condición necesaria que permita disminuir el incremento de víctimas de todas las edades y grupos sociales, además de revertir la franca desconfianza hacia las instituciones, los programas y los responsables de la seguridad pública, así como abatir la creciente presencia del crimen organizado en las diferentes esferas del poder y de la delincuencia.
Entre las múltiples formas de violencia que se presentan, la generada por la delincuencia es una de las que más dañan el tejido social. A pesar de los costos que este problema representa en términos personales, comunitarios, económicos y sociales, su investigación ha sido soslayada. Como todo problema social, la delincuencia requiere de un análisis cuidadoso y sistemático para encontrar explicaciones racionales y, posteriormente, esta en condiciones de diseñar cursos de acción tendientes a su solución. En nuestro país podemos considerar resultados de conductas delictivas la impunidad, el soborno, el crimen organizado y el vandalismo, que amenazan la integridad individual y colectiva; es decir la victimización de la población como producto de la violencia, que es en lo cualitativo el resultado de la crisis económica, social, política y cultural del México de principios del siglo XXI. Los factores determinantes de la creciente inseguridad que los mexicanos perciben son de diversa naturaleza y abarcan el campo de acción de distintas disciplinas, de ahí que su conocimiento sistemático se convierta en una necesidad prioritaria para la sociedad mexicana.
Desde el año 2002, la Presidencia de la República dispone de un amplio diagnóstico criminal que reporta la ineficacia de las instituciones dedicadas a combatir el delito, analiza la forma como la corrupción trastoca los intentos de abatir el crimen y evidencia la falta de un proyecto integral para enfrentar y resolver el problema.
Debido a lo anterior, el Instituto Universitario Puebla se dio a la tarea de diseñar y elaborar la Licenciatura en Criminología y criminalística. Un grupo de especialistas en distintas áreas relacionadas con la psicología, la medicina, el derecho, la criminología, criminalística y otras áreas de apoyo, crearon los programas de estudio que hoy conforman el plan de estudios de la Licenciatura en Criminología y criminalística.
Consientes pues, de la importancia del fenómeno criminal en México y en particular en nuestro Estado, el Instituto ofrece esta alternativa profesional que tiene por objeto coadyuvar al mejoramiento de la sociedad, de la calidad de vida de los poblanos y de la educación superior.